jueves

LA TRINCHERA ESTRELLADA


UNA ARENGA DE LEONARDO REGUSCI

Una vez un periodista le preguntó a Leonardo Regusci por qué le llamaba “la trinchera estrellada” al Laboratorio de Artes que fundó en el quilombo de Naná, y “Jesús de Punta del Este” sintetizó su programática con esta arenga escrita, que leyó en una radio comunitaria de Maldonado una semana antes de ser asesinado:

Todas las tribus de todos los tiempos se desesperaron frente a una posible infinitud vacía.
La festividad consolatoria más importante siempre fue recordar el dorado misterio que se vivió en un estrellerío anterior a la guerra del tiempo.
Eso los hacía sentirse Hombres Nuevos, aunque durante el vértigo nocturno se les enloquecía la PAX-LUX.
Y para que la tribu pudiera purificarse soñando, los magos tallaban al enemigo en la pared de la cueva-trinchera.
El enemigo sigue siendo un dragón que se alimenta de la fe que cada uno lleva ovillada en el cerebelo.
Y cada mago es capaz de hipnotizarnos excavando una nueva visión del DEVORADOR DE LA ALMA QUE ANDA EN AMOR.
Algunos también nos agigantan irradiando la certeza de una infinitud áurea que lavará la historia.
Esos cazadores prospectivos son los que nos enseñan a casarnos con el lomo frutal de los atardeceres.
Si tu reproducción del dragón no nos encandila como el Verbo sobre las aguas primordiales no le sirve a la alma.
Pero si transformás cada molécula de la pared de la cueva en una célula y verticalizás a la Bestia resucitamos todos.
La Bestia se vuelve falo y la pared multiplica peces capaces de perforar la montañosidad de la muerte sin fin.
Los artistas son los generadores de la espesura del Hombre Nuevo creado para sobrevolar la pena de la noche.
Hay que pelear por eso.

HUGO GIOVANETTI VIOLA

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