Juan Comesaña, es Médico Siquiatra y ha pasado a ser para elMontevideano/Laboratorio de Artes, un impecable actor que desempeña el papel de "J.R.", si, como aquel de la serial "Dallas" pero en realidad, ese es el perfil sicológico y mas allá de la curiosa similitud de las iniciales, lo actitudinal tipo Jorge Rial, que tomamos como prototipo de un conjunto de valores que intentamos reflejar en el film.
"Empezó casi como una broma, una invitación para actuar de hecho parecía broma. No había actuado ni en los actos escolares!!. Ahora recuerdo, por lo de broma, claro, por no saber hacia dónde conducen las bromas, un famoso tema de Bee Gees de los 70s. Cómo no recordarlo, (ahora cómo no recordar a Favio, oh, casualidad, también relacionado, y vaya cómo, con el cine).
Bueno, hablar o pensar en bromas, trae invariablemente a mi mente el libro de Job. Qué guiñada, qué broma, qué discusión fantástica entre Dios y el Diablo, representa ese libro.
Para ser breve, y esto relacionado con lo anterior, Giovanetti y Moure pensaron en mí para un papel en la película. El papel en sí será tema para más adelante. Lo que quiero ahora es expresar gratitud por haberme permitido conocer algo del mundo del cine por dentro. La película trata, pavada de tema, de Dios y del Diablo. Quienes vieron el making off, ya saben que el Diablo es la post-modernidad, pero eso es harina de otro costal. Pronto se podrá ver el avance. La película está en proceso de edición.
Fue hecha con mucha fuerza y mucha fe, contra viento y marea, siempre apuntando al arte, con amor, con el amateurismo más profesional que la vida me haya permitido conocer hasta hoy. Moure y Giovanetti son capaces de discrepar en torno a muchos temas, pero son devotos incondicionales e incorruptibles de la belleza y del arte, ambos con mayúsculas. Dicen diversos diccionarios, y no se trata de lecturas de iglesia, que la belleza es lo más cercano a Dios. Por algo lo dirán.
En fin, Dios y el Diablo al margen, me parece que hoy, y dado cómo viene la mano, un alegato contra la post-modernidad que pretende arrasar con los valores más altos del ser humano, con aquellos valores de que hablaba Faulkner en su discurso al recibir el premio Nobel, con los valores que constituyen toda la gloria del pasado del HOMBRE, un alegatro como Jesús de Punta del Este, representa, no sólo una vibrante y desgarradora apuesta por la belleza y por el arte, sino, dado todo lo que no paramos de perder hora tras hora y día tras día embarcados ya casi sin darnos cuenta en el consumismo salvaje de nuestro tiempo, una desesperada apuesta por la vida."
Juan Comesaña
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